Mi ciudad (I)
8 de abril, día de Alta Gracia, mi
ciudad
¡Bienvenidos a mi casa!
Se
reconoce como día del origen de Alta Gracia el 8 de abril de 1588, momento de
encuentro de las culturas aborigen y española en el Valle de Paravachasca.
Se
reconoce el día 24 de septiembre, fecha de la festividad de la Virgen Nuestra
Señora de la Merced, Patrona de esta comunidad.
Cuando se trata de
identificar a Alta Gracia, en todo tipo de grafía escrita o artística, la
Iglesia de Nuestra Sra. de la Merced, ha sido y es, el ícono distintivo.
Es que efectivamente la
Iglesia ha sintetizado cabalmente su historia.
Alta Gracia o
Altagracia, como aparece en algunos textos de antaño, fue una gran estancia
administrada por los hermanos de la Compañía de Jesús, desde mediados del siglo
XVII, hasta su expulsión en 1767.
Unos quince años
después que Don Jerónimo Luis de Cabrera, cumpliendo instrucciones del Virrey
del Perú, fundara Córdoba de la nueva Andalucía, el 6 de julio de 1573, su
compañero de expedición, Don Juan Nieto, fiel colaborador como intérprete de la
lengua entre nativos y españoles, recibe en merced las tierras ubicadas a unos
37 Km. al S de aquélla, llamadas por los primitivos habitantes de la región:
Paravachasca.
Tal hecho quedó
registrado con fecha 8 de abril de 1588.
La región de
Paravachasca que en lengua aborigen significaba “Lugar con vegetación
enmarañada” o, según otras interpretaciones de la toponimia, "lluvias a
destiempo" es un amplio valle rodeado por sierras de no mucha altura, que
en forma de herradura lo enmarcan de NE a SE.
Así, Don Juan Nieto, se
convierte en el primer propietario de estas ricas tierras, en premio por sus
servicios en la empresa colonizadora de la Corona española.
No imaginaría aquél
que, con el tiempo, quien resultaría ser el heredero de aquel lugar, Don Alonso
Nieto de Herrera, habría de donarlo a la Orden religiosa de la Iglesia
Católica, creada por el clérigo español, Ignacio de Loyola, conocida como “La
Compañía de Jesús”, y con ello se desarrollaría en aquellas tierras un
emprendimiento productivo, dedicado a la rama textil, agropecuaria y en
especial al comercio de mulas.
Según la visión de Juan Kronfuss - Arquitectura colonial en Argentina |
Muchos años más tarde, la Estancia de Alta Gracia, habría dejado atrás la construcciones en
adobe y contaría con un bello complejo de cal y piedra diseñado por arquitectos
de la Orden de la Compañía de Jesús con el mejor estilo barroco, integrado por
la Residencia, donde vivían los dos o tres hermanos jesuitas que la
administraban, el Obraje, donde se desarrollaba la actividad industrial,
destinado a la carpintería, y principalmente a la producción textil, el
Tajamar, un dique artificial utilizado para el riego de los cultivos y la
Iglesia, todas joyas arquitectónicas que aún se conservan en pie y han sido
declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Por último, cabe
destacar que también formaban parte de la unidad edilicia, la Ranchería y sus
sesenta cuartos para (casi trescientos) trabajadores (aborígenes y esclavos
negros), precarias construcciones, que ocupaban una manzana en diagonal y hacia
el S de la iglesia, de las cuales nada queda en la actualidad, sólo referencias
escritas.
En el siglo XVII, Córdoba era capital de la Provincia Jesuítica
del Paraguay. La misma comprendía los actuales territorios de nuestro país, del
Paraguay, Brasil, Uruguay, y Bolivia. Esa inmensidad fue administrada con la inteligencia y el
conocimiento en todas las materias de los hermanos de la Compañía de Jesús,
conformando una red social, económica y cultural que convirtió a Córdoba en uno
de los centros de desarrollo más importantes de Sudamérica.
Nuestra mente colectiva
sabe distinguir y apreciar aquello que nos identifica
Fuentes: Conocimiento personal adquirido en Libros sobre la historia de laciudad.
http://www.heraldicaargentina.com.ar/3-Cba-AltaGracia.htm
Que lindo admirar nuestra tierra. Conocí tu ciudad, muy bonita. Besos
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